Tenia motivos para volver a esa playa cada fin de semana, el paisaje , con aquellos acantilados gigantes, el bar cercano con esa cerveza fria que entraba tan bien cuando el sol apretaba, la tranquilidad del mar azul profundo... pero sobre todas estas cosas ... estaba la chica de la playa, como el la llamaba.
Desde que reparo en ella, no la habia visto fallar un solo dia, siempre con la misma liturgia, llegando despacio, sin molestar, atravesando toda la playa hasta el final de los acantilados, dejar la bolsa en el suelo y extender la toalla y entonces con un gesto mil veces repetido, deslizar su camiseta hacia arriba, quedandose solo con un un minimo bikini, el cabello rubio, casi platino...
Los primeros dias , miraba de reojo., con un punto de verguenza, sitiendose un miron rompiendo la intimidad de un instante, mas con el paso del tiempo las imaginacion y el deseo fueron ganando terreno a la verguenza. Se descubrio pensando en ella, quien seria?, como seria fuera de la playa?... y asi , fueron a bailar, un vestido rojo cubria su cuerpo sin adornos, el cabello rubio, largo cayendole sobre los hombros mientras sus brazos rodeaban su cuello, y podia sentir su cuerpo pegado al suyo, besando levemente su cuello, se imagino diciendole palabras suaves al oido y su voz respondiendole...
Nado en sus ojos verdes, navego con sus manos por su piel, sonrio con ella al unisonio cuando dejaron el baile y pasearon por el puerto cercano, contandose secretos, cogidos de la cintura, pasearon hasta su apartamento y cuando aun queria ser un cabellero, se acerco a sus labios y los beso sin miedo al rechazo que no sintio, fue un beso largo, apasionado, mercurio de promesas por venir...
Cuan calida su cama, aun con el olor de su perfume grabado en su cerebro, paso la mano y vislumbro a traves de la mampara del baño su cuerpo recorrido por gotas de agua, que mojaron su rostro cuando la abrio y se unio a ella. Caian ahora las gotas sobre sus cuerpos enlazados, seguian cayendo cuando recorrio su abdomen beso a beso, cuando llego a su sexo, cuando lo exploro con mimo y tiempo, sintiendo sus manos en su pelo, que lo apretaban contra ella. Sintio sus movimientos, sollozos... y bebio de los jugos de su cuerpo. Se descubrio a si mismo con una sonrisa en el rostro y a ella mirandolo sin verlo.
Dejo de calentar el sol en la playa, cuando ella como cada dia recogio sus cosas, paso delante de el que la siguio con la mirada... algun dia.... algun dia... se dijo a si mismo.
lunes, diciembre 21, 2009
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2 comentarios:
Genial, quién no se ha sentido así, aunque tal vez cambiaría la ducha, por una bañera, en una casa un poco lejos de la playa.
Un beso.
ufff me ha encantado... anónimo, nos vemos en la bañera??...
Un beso.
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